De Churros y Senderos: Ruta Inolvidable de San Fernando a Cortadura

Ayer fue un día… bueno, imagina un día radiante, con el sol acariciando tu piel y una brisa marina que refresca el ambiente… aunque, la realidad fue un poco distinta: nos tocó uno de esos días de levante que te dejan el peinado estilo «salvaje sin control». Así que, con los pelos al viento y una sonrisa en la cara, arrancamos nuestra nuevaa aventura desde San Fernando hasta Cortadura. Pero antes, lo esencial: un desayuno de campeones. Nos zampamos un cafelito —o un descafeinado para quienes prefieren evitar la cafeína—, tostadas crujientes y unos churros que quitaban el sentío, porque todo gaditano sabe que no hay mejor combustible para una caminata que un buen chute de energía mañanera.

El Recorrido

Nuestro paseo nos llevó por la encantadora Salina de los Tres Amigos. Aunque sus edificaciones están en ruinas, aún susurran historias de la próspera industria salinera que una vez floreció aquí. Sus amplios estanques se han convertido en un auténtico paraíso para las aves acuáticas; no es raro ver flamencos en el horizonte, moviéndose con esa elegancia que parece sacada de una coreografía acuática.

Siguiendo nuestro camino, llegamos al histórico molino de mareas del Río Arillo. Es imposible pasar por aquí sin detenerse a admirar esta joya de la ingeniería tradicional. Construido en 1759 y ampliado en el siglo XIX, este molino llegó a contar con 12 piedras moledoras, convirtiéndose en uno de los más importantes del occidente atlántico. Su misión principal era transformar el trigo en harina para abastecer a las ciudades de Cádiz y San Fernando, aprovechando la fuerza de las mareas como fuente de energía.

La Curva de Torregorda

Luego, nos dirigimos hacia la curva de Torregorda, una área que durante años fue zona militar restringida. Ahora se puede pasar por delante y, gracias a la nueva pasarela de madera que contornea las dunas, podemos disfrutar de un paseo espectacular hacia Cádiz. Aquí, las vistas al mar y los ecosistemas de dunas son simplemente impresionantes, un escenario que puedes admirar sin perturbar este delicado entorno natural.​

Un Encuentro Emblemático

En nuestro recorrido, pasamos junto al emblemático Ventorrillo El Chato, un establecimiento con más historia que el propio Cádiz. Fundado en 1780 por Chano García, apodado «El Chato» por su prominente nariz, este ventorrillo ha sido testigo de innumerables anécdotas a lo largo de los siglos. Se dice que hasta el mismísimo Fernando VII se dejaba caer por aquí en busca de buenos momentos y, quién sabe, quizás de alguna que otra tapa. Aunque en esta ocasión decidimos no detenernos, siempre es un placer pasar junto a este pedacito de historia viva.

Finalmente, llegamos a la playa de La Cortadura, la joya natural de Cádiz. Con sus casi 4 kilómetros de arena dorada y su ambiente más tranquilo que otras playas urbanas, es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar del mar sin agobios. Después de recorrer unos 12 kilómetros, pusimos rumbo a la estación de trenes, donde nos esperaba el tranvía que nos devolvería a San Fernando. Un regreso relajado tras una jornada llena de descubrimientos y buenos momento.

La Magia del Regreso

Al llegar a San Fernando, descendimos en la Plaza de la Iglesia y, fieles a nuestro ritual, hicimos una parada en la abacería local para refrescarnos y compartir anécdotas de esta jornada inolvidable. La brisa marina, la historia que se respira en cada rincón y esa gratificante sensación de haber aprovechado al máximo la mañana se entrelazaron para crear un recuerdo imborrable.

Conclusión

Esta ruta no es solo un paseo por la belleza natural de la costa gaditana; también nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar nuestro patrimonio histórico y natural. La provincia de Cádiz alberga una vasta riqueza histórica y cultural que se extiende a lo largo de milenios, desde la prehistoria hasta la actualidad, con monumentos y conjuntos históricos que representan la historia de la región.

Además, Cádiz presenta un patrimonio natural y una riqueza biológica incalculable, con una gran presencia de especies de fauna y flora de interés comunitario y autóctonas del territorio andaluz.

La fusión de paisajes deslumbrantes, la riqueza histórica del recorrido y el inmenso placer de compartir experiencias con amigos convirtieron esta aventura en una vivencia única y especial. Cada paso dado y cada charla compartida quedarán grabados en nuestro corazón hasta la próxima aventura. ¡Así que, a seguir explorando y disfrutando de lo que la vida nos ofrece!​

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