Cuando la vida te lanza una patata, haz puré y sonríe🥔✨
¿Te ha pasado alguna vez que te sientes en el fondo del pozo (y sin escalera para subir)?
Pues bien, ¡bienvenido al club! Hoy vamos a hablar de ese momento —ese glorioso instante— en que crees que ya no puede ir peor… y luego, por arte de magia, la vida te enseña que sí, sí puede.

1. La caída libre que nadie te advirtió
Imagínate: estás tranquilo, tomándote un café, pensando que por fin, las cosas no pueden ir peor.
Has pasado por tanto, que crees haber tocado fondo…
Y entonces —porque la vida tiene sentido del humor— plof.
Descubres que lo que pensabas que era el fondo… tenía un sótano debajo.
Ahí, entre el polvo y la resignación, solo te queda pensar: “Bueno, vale. Estamos aquí.”
Pero —y aquí viene el giro— justo cuando dices “bah, no puede ir a peor”, la vida, traviesa como siempre, te guiña un ojo.

2. ¿Por qué pasa lo de “y si fuera peor”?
Porque —y ojo al dato— lo peor es relativo.
Lo que para mí es hacerlo fatal, para otro podría ser un chiste con palomitas y viceversa.
En esos momentos de bajón, si te atreves a mirar bien, verás que lo único que te limita eres tú… y tu interpretación.
Y sí, también la patata esa que te lanzó la vida.

3. ¿Entonces… sirve de algo?
¡Claro que sí! Aunque parezca un chiste cruel, esto tiene su parte bonita.
Porque cuando tocas fondo (o pasas dos pisos más abajo de lo que pensabas), de alguna manera… tu radar cambia.
Dejas de quejarte por la lluvia y aprendes a bailar bajo el chaparrón.
Cada segundo se vuelve importante. Cada pequeño paso hacia adelante… un logro.

4. ¿Cómo levantarse sin resbalar otra vez?
Aquí van unos “truquitos de supervivencia” con humor (porque si vamos a caer, que al menos tengamos estilo):
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Mirar la levedad del asunto: Sí, llevas un batallón de problemas. Pero ríete un poco de ti mismo. Eso no los quita, pero te quita carga.
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Movimientos mínimos: No esperes escalar el Everest mañana. Mejor: dar un paso. Luego otro. Luego un sorbo de agua.
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Recuerda: el fondo no es eterno: Puede que creas que estás ahí para siempre, pero no es cierto. La vida —caprichosa, contestona— siempre te da otra oportunidad.
- Rodéate de señales verdes: No todo tiene que ser un mensaje épico de “levantarse y conquistar el mundo”. A veces basta con un “oye, ahí va tu café caliente otra vez”

5. Porque la vida… merece la pena
Sí. Aunque te lancen la patata, aunque creas que ya no hay más fondo, aunque hoy sea una mierda… mañana puede sorprenderte.
Y puede que no sea un regalo envuelto con lazo dorado, pero puede ser un “vale, puedo respirar otra vez”.
Y eso ya es bastante.

Gracias por leer hasta aquí.
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🎬 PD: Y si prefieres escuchar este mensaje con voz, ritmo y un toque más cinematográfico, ya puedes ver el video que acompaña este artículo en la sección Videos del blog.
Es breve (menos de un minuto), pero lleva justo la energía que a veces nos falta cuando el mundo se pone cuesta arriba.
Nos vemos en el próximo artículo.

